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El árbol de los problemas
El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar.
Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa.
De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
“Este es mi árbol de problemas —contestó— . Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.
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Comentarios (5)
Hermosa reflexión totalmente de acuerdo, dejar todo antes de entrar a nuestras casas y asi o mezclar no hacer problemas más grandes
Excelente comenzaré a ponerlo en práctica
Me encanto impecable, que bueno es encontrar soluciones y no llevar problema. Gracias por el mensaje.
Bella reflexión de vida gracias por compartirla
Parecerá curioso, pero todos los días de trabajo al entrar a la oficina en la que no hay nadie a la hora que yo entro, saludo diciendo BUENOS DÍAS, se que no me contestara nadie, pero es un placer decirlo y sentirme escuchado..