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Las mejores frases de Pablo Neruda: reflexiones imprescindibles

1. Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas
2. Para mi próximo número necesito que me beses y haré aparecer mágicamente mariposas en tu estómago
3. Tus anchos ojos son la luz que tengo de las constelaciones derrotadas, tu piel palpita como los caminos que recorre en la lluvia el meteoro
4. Amor… ¡qué soledad errante hasta tu compañía
5. Es tan corto el amor y tan largo el olvido
6. Es en ti la ilusión de cada día
7. Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera
8. Pero no amo tus pies sino porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron
9. La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad
10. Me gustas cuando callas porque estás como ausente y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca.
11. Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños
12. Para que nada nos separe que nada nos una
13. No hay más destino que el que nos haremos a pura sangre, a mano
14. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta
15. Los poetas odiamos el odio y hacemos guerra a la guerra
16. No hagas con el amor lo que hace un niño con su globo que al tenerlo lo ignora y al perderlo llora
17. Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más
18. Quien descubre el quién soy descubrirá el quién eres
19. En un beso, sabrás todo lo que he callado
20. Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce
21. Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
22. Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana
23. Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!
24. ¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?
25. Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida
26. Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos? ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?
27. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta
28. En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye como tú lo desees y hacia donde tú quieras
29. El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido
30. Yo creía que la ruta pasaba por el hombre, y que de allí tenía que salir el destino
31. Sembremos la llanura antes de arar la loma
32. La poesía nace del dolor. La alegría es un fin en sí misma
33. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos
34. A nadie te pareces desde que yo te amo
35. Me piden lo profético que hay en mí, con melancolía y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso
36. (…) De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino
37. Para que nada nos amarre que no nos una nada
38. Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!
39. Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos
40. Desnuda eres tan simple como una de tus manos, lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente, tienes líneas de luna, caminos de manzana
41. El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas
42. Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás
43. Amo tus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron
44. El más grande de los hombres sencillos, nuestro maestro
45. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo
46. El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan
47. En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir.
48. Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano
49. Puedo escribir los versos más tristes esta noche; escribir, por ejemplo: La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos

Autor: Pablo Neruda

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