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Una persona, múltiples personajes
Las personas, a veces nos convertimos en personas y generamos personajes múltiples dependiendo de con quien nos encontramos.
Cuando estamos lo suficientemente despiertos y conscientes para observar nuestras interacciones con los demás, podemos detectar cambios sutiles en nuestra forma de hablar, nuestra actitud y nuestro comportamiento, dependiendo de la persona a quien tengamos enfrente. Al principio puede ser más fácil observar estos cambios en otras personas, pero posteriormente podremos detectarlos en nosotros mismos.
La forma como nos dirigimos al presidente de la compañía puede tener diferencias sutiles con la forma como hablamos con el portero. Podemos hablar de manera diferente con un adulto que con un niño. ¿Por qué? Porque representamos distintos personajes. No somos nosotros mismos ni cuando nos dirigimos al presidente, al portero o al niño.
Cuando entramos en un almacén para comprar algo, cuando salimos a cenar a un restaurante, al banco, a la oficina de correos, representamos unos papeles sociales predeterminados. Nos convertimos en clientes, y hablamos y actuamos como tales. Y recibimos tratamiento de clientes por parte del vendedor o del restaurador, quien también estará representando su personaje. Hay una serie de patrones de comportamiento condicionado que entran en juego entre dos seres humanos y determinan la naturaleza de su interacción. En lugar de que la interacción ocurra entre dos personas, ocurre entre dos imágenes conceptuales. Mientras más identificadas estén las personas con sus personajes respectivos, más falsa es su relación.
Comentar (1)
Buenas tardes , es un tema que me interesa mucho poder aprender para mejorarlo.