Categoría: Reflexiones Comentarios: Un comentario 2

[themoneytizer id=”59964-28″]

A veces necesitamos rompernos para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos

Pasar por momentos en los que sentimos que estamos usando energía vital en cantidades que parecen exceder lo que realmente tenemos, a veces puede hacernos pensar que no estamos saliendo, al menos no de una pieza.

Y ahí es donde radica ese amplificador transformador, sí, definitivamente puedes transformarte a través de muchas vías. Pero el que deja cambios más profundos en nosotros es el camino que nos trastorna, nos sacude y muchas veces nos deja hechos pedazos.

En medio de la situación que nos quiebra, muchas veces somos incapaces de ver lo que sucede en nuestro interior. Estamos usando todos nuestros recursos para salir de esta. A veces pasamos por muchas etapas antes de que nos suelten en este tiovivo del terror. Pero una vez que ponemos un pie en lo que consideramos que es tierra firme, comenzamos a desatar una nueva versión de nosotros mismos.

Siempre podemos salvar la oportunidad.

En general, las crisis nos ofrecen la oportunidad de conocernos un poco mejor, de explorarnos, de reconocer un conjunto de rasgos que tal vez siempre estuvieron ahí pero nunca tuvimos la oportunidad de manifestarlos.

Es posible que no podamos controlar lo que nos sucede, pero podemos controlar lo que sucede dentro de nosotros.

Dada la elección, la mayoría sin duda tomaría la ruta más larga y quizás la menos efectiva para generar crecimiento; cualquier cosa que duela debe evitarse. Y por supuesto que duele mucho estar roto, recogiendo nuestros pedazos y juntándolos pedazo por pedazo sin darnos cuenta todavía de lo que nos pasó.

Sin embargo, en ocasiones, quizás por los planes de nuestra alma, no debemos dejar este plano sin seguir un determinado camino, y cómo ese camino nos marque será parte de una elección trascendental para nosotros.

Evitemos el traje de víctima

A partir de ahí, si nos ponemos nuestro lujoso traje sacrificial y esperamos la compasión y consideración de los demás por lo que nos pasó, será conveniente prepararnos para experiencias donde abundan nuestros abusadores.

Hay que aprender de lo que nos pasa, responsabilizarnos de lo que hemos vivido, no castigarnos sino aprender, crecer, cambiar la forma de ver la vida o incluso de vivirla… Pero uno tiene que Ser una fuente que nos impulse desde allí , no un ancla pesada que siempre llevaremos y que no nos deja alejarnos demasiado de lo que tiene el potencial de seguir lastimándonos.

Evita arreglar cosas

Así como fuimos fuertes, creativos y resilientes para salir de una situación, debemos serlo para salir de ella. Las clases de vida solo se deben hacer una vez, las repeticiones duelen aún más que las primeras veces.

Toma la versión mejorada y repotenciada que has creado con todas tus piezas, pero no te dejes atrapar por el sentido de un héroe que implica que has ganado, y no dejes que el cariño, la empatía por el héroe, te atrape. contiene enfermos.

Es tentador, los peores momentos alejan a muchas personas, pero también acercan a otras que consideramos claves para nuestra existencia, pero es necesario saber que quienes nos quieren bien, harán lo mismo cuando nos reconstruyamos y demostremos ser fuertes, triunfante y capaz. De hecho, para seguir disfrutando del mundo, las personas adecuadas a menudo estarán allí para disfrutar de nuestra versión revisada.

Y al final, apreciamos lo fuertes que nos hemos vuelto

No sabemos cuán fuertes somos hasta que ser fuertes es nuestra única alternativa… Tenemos una fuente de recursos que solo conocemos cuando los necesitamos. Las crisis son una buena oportunidad para abrir este abanico de posibilidades y sumar muchas herramientas que se quedarán con nosotros como recompensa por una batalla ganada.

Y no importa en qué fase te encuentres, recordar que todo está pasando nos ayuda a sobrellevar con paciencia los momentos tumultuosos y disfrutar de aquellos que nos hacen sonreír al alma.

[themoneytizer id=”59964-31″]

Comentar (1)

Deja una respuesta