MENOPAUSIA Y ESPIRITUALIDAD
Una de las palabras a las que más miedo nos han condicionado a tener a las mujeres de nuestros días es la temida menopausia, como si con ella, además de los cambios físicos molestos, algo se acabara… y quizá sea así, lo que no nos suelen decir es todo lo que empieza después de ella. En el post de hoy descubrimos los aspectos que relacionan menopausia y espiritualidad.
La menopausia es el comienzo de la transición de la mujer de ganar experiencia en el amor a la sabiduría y la verdad del amor.
Este lugar está más cerca de Mí, más cerca del estado consciente de libertad de la mas allá.
Es una transición que dura varios años, lo cual es apropiado. En este tiempo pasa realmente por lo que puede ser flamado un renacimiento psíquico.
Va a madurar entonces toda la experiencia que ha juntado, particularmente acerca del amor y el hombre.
Se supone que después de la menopausia será una mujer más completa.
odas sus células habrán sido iluminadas por el valor y la virtud de sus años hasta ese momento. Es el ejemplo vivo del vino joven que, habiendo alcanzado la mediana edad, está ahora maduro en sabiduría y listo para dar su alimento iluminador.
Digo “se supone” porque el ritmo lleno de gracia de este proceso menopáusico ha sido interrumpido en gran medida por nuestra competitiva sociedad moderna y su influencia negativa en el natural conocimiento de la vida y el amor de la mujer.
Se supone que, después de la transición, sea el equivalente al gurú femenino, la mujer iluminada en la maravilla y los misterios del amor, sabia con respecto a la manera de ser del mundo y particularmente del hombre, la reverenciada Maestra femenina, ejemplo, o simple mujer madura.
Pero hoy esto es arruinado por su miedo a envejecer, su identificación con su cuerpo percibido, sus dudas en vistas al amor, el compararse con otras mujeres: todos los juicios negativos inducidos por la ignorante mentalidad de las revistas femeninas y de los cánones presentes en todos los medios de comunicación.
En la menopausia, toda mujer pasa por este proceso profundamente madurativo. En verdad, emerge de él como una mujer más sabia, amorosa y dadora.
Pero a menudo su mente la arroja a un circuito mental que le impide conectarse con sus células vitales recién iluminadas. Rara vez puede dejar de pensar y ponerse emocional.
Su mente, girando en círculos, aliena su conciencia del amor viviente y la sabiduría que están acumulados en las células.
Está demasiado ocupada compitiendo, comparándose y lamentándose por lo que ya es pasado, demasiado ocupada con su falso yo: el egoísmo común de nuestros tiempos, para ser y viver la plenitud del nuevo cuerpo vital que ha sido hecho.
Todo esto, por supuesto, es psíquico o vital. Es psíquico o vital (tal como las células del cuerpo son psíquicas y vitales) y no material, como la mente piensa. El cuerpo es como una fotografía en un periódico. Es una buena descripción de lo que ha sido, pero no es nunca una descripción de lo que es ahora. Todo lo que es vital, todo lo que es vida, está ahora en las células.
Lo que tienes que hacer es oír esta verdad : desciende con gracia en tus células y permite que el renacimiento menopáusico tome con él tu conciencia, de manera tal que puedas emerger como una mujer completa: buena para ser amada por cualquier hombre, buena para la generación más joven y una contribución de valor para el inmortal cuerpo vital de la humanidad.
Es el momento de descubrir en quien te has convertido a lo largo de los años, de las experiencias vividas.
Es tu momento, con menos responsabilidades hacia los demás, con mayor poder de discernimiento.
Aprovechar esta revolución, este cambio, esta maduración es lo que llevan haciendo nuestras ancestral para convertirse en mujeres sabias, en mujeres amorosas que aprendieron en el silencio de sus nuevos cuerpos.
No dejemos que este mundo de formas nos aparte de nuestra esencia, es el momento de renacer, sabias, poderosas, amorosas y completas.
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