La novena grande de la rendición
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La novena de rendición – Sober Catholic

El miércoles por la mañana estaba hurgando en una caja que contenía paquetes de incienso y encontré una tarjeta de oración para algo llamado el La Novena de la Entrega: Deja que Jesús se Encargue de Todo.

Es una devoción al Sagrado Corazón y por lo tanto califica para el Viernes del Sagrado Corazón. ¿Por qué es una Devoción al Sagrado Corazón? Por esta imagen que está en la portada de la novena:

La novena grande de la rendición

El enlace en la primera oración lo lleva a un artículo donde puede leer todo al respecto y decir las oraciones. Es bastante fácil y dada la fuente, Siervo de Dios, el P. Dolindo Ruotolo, el confesor de San Padre Pío, nada menos) es poderoso y es imprescindible agregarlo a su caja de herramientas espirituales. Aquí está la novena completa (lea el artículo de todos modos; ah, y no olvide decir la oración a María todos los días que se encuentra al final):

La Novena de la Entrega

Día 1

¿Por qué os confundís preocupándoos? Déjame a mí el cuidado de tus asuntos y todo estará en paz. Os digo en verdad que todo acto de entrega verdadera, ciega, completa a mí produce el efecto que deseáis y resuelve todas las situaciones difíciles.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Dia 2

Entregarse a mí no significa angustiarse, enfadarse o perder la esperanza, ni significa ofrecerme una oración preocupada pidiéndome que los siga y cambie su preocupación en oración. Está en contra de esta entrega, profundamente en contra, preocuparse, estar nervioso y desear pensar en las consecuencias de cualquier cosa.

Es como la confusión que sienten los niños cuando le piden a su madre que se ocupe de sus necesidades y luego tratan de hacerse cargo de esas necesidades por sí mismos para que sus esfuerzos infantiles se interpongan en el camino de su madre. Rendirse significa cerrar plácidamente los ojos del alma, alejarse de los pensamientos de tribulación y ponerse a mi cuidado, para que sólo yo actúe, diciendo: “Cuídate tú”.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Día 3

Cuántas cosas hago cuando el alma, en tanta necesidad espiritual y material, se vuelve hacia mí, me mira y me dice: “Cuídala tú”, luego cierra los ojos y descansa. En el dolor ruegas para que yo actúe, pero que actúe como tú quieres. No recurres a mí, en cambio, quieres que me adapte a tus ideas. No sois enfermos que le pedís al médico que os cure, sino enfermos que le decís al médico cómo hacerlo. Así que no hagáis así, sino orad como os enseñé en el Padre Nuestro: “Santificado sea tu Nombre”, es decir, sé glorificado en mi necesidad. “Venga tu reino”, es decir, que todo lo que hay en nosotros y en el mundo esté de acuerdo con tu reino. “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, es decir, en nuestra necesidad, decide como mejor te parezca para nuestra vida temporal y eterna. Si me dices verdaderamente: “Hágase tu voluntad”, que es lo mismo que decir: “Cuídala tú”, intervendré con toda mi omnipotencia y resolveré las situaciones más difíciles.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Día 4

¿Ves el mal creciendo en lugar de debilitarse? No te preocupes. Cierra los ojos y dime con fe: “Hágase tu voluntad, cuídala tú”. Os digo que yo me ocuparé de ello, y que intervendré como un médico y haré milagros cuando sean necesarios. ¿Ves que el enfermo está empeorando? No te enojes, pero cierra los ojos y di: “Cuídate tú”. Os digo que yo me encargaré de ello, y que no hay medicina más poderosa que mi intervención amorosa. Por mi amor, te lo prometo.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Dia 5

Y cuando deba conduciros por un camino diferente del que veis, os prepararé; te llevaré en mis brazos; Dejaré que os encontréis, como niños que se han dormido en brazos de su madre, en la otra orilla del río. Lo que os inquieta y os duele inmensamente es vuestra razón, vuestros pensamientos y preocupaciones, y vuestro deseo a toda costa de hacer frente a lo que os aqueja.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Día 6

Estás sin dormir; queréis juzgarlo todo, dirigirlo todo y velar por todo y os entregáis a la fuerza humana, o peor aún, a los hombres mismos, confiando en su intervención, esto es lo que estorba mis palabras y mis puntos de vista. ¡Oh, cuánto deseo de ti esta entrega, para ayudarte; ¡y cómo sufro cuando te veo tan agitada! Satanás trata de hacer exactamente esto: agitarlos y sacarlos de mi protección y arrojarlos a las fauces de la iniciativa humana. Así que confía sólo en mí, descansa en mí, entrégate a mí en todo.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Día 7

Hago milagros en proporción a su total entrega a mí ya su no pensar en ustedes mismos. Siembro tesoros de gracias cuando estáis en la más profunda pobreza. Ninguna persona de razón, ningún pensador, ha hecho nunca milagros, ni siquiera entre los santos. Hace obras divinas quien se entrega a Dios. Así que no lo pienses más, porque tu mente es aguda y para ti es muy difícil ver el mal y confiar en mí y no pensar en ti mismo. Haced esto por todas vuestras necesidades, haced esto, todos vosotros, y veréis grandes y continuos milagros silenciosos. Me ocuparé de las cosas, te lo prometo.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Día 8

Cierra los ojos y déjate llevar por la corriente que fluye de mi gracia; cierra los ojos y no pienses en el presente, alejando tus pensamientos del futuro tal como lo harías con la tentación. Descansa en mí, creyendo en mi bondad, y te prometo por mi amor que si dices: “Cuídalo tú”, yo lo cuidaré todo; Os consolaré, os liberaré y os guiaré.

Oh Jesús, me entrego a ti, cuida todo! (di 10 veces)

Día 9

Orad siempre dispuestos a la entrega, y recibiréis de ella gran paz y grandes recompensas, aun cuando os conceda la gracia de la inmolación, del arrepentimiento y del amor. Entonces, ¿qué importa el sufrimiento? ¿Te parece imposible? Cierra los ojos y di con toda tu alma: “Jesús, cuídalo tú”. No temas, yo me haré cargo de las cosas y tú bendecirás mi nombre humillándote. Mil oraciones no pueden igualar un solo acto de entrega, recuérdalo bien. No hay novena más eficaz que ésta.

¡Oh Jesús, me entrego a ti, cuida de todo! (di 10 veces)

Madre, soy tuyo ahora y para siempre.

A través de ti y contigo

siempre quiero pertenecer

completamente a Jesús.

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